jueves, 5 de febrero de 2009

MADRID / malasaña / Bukowski Club



Un día todo empieza con un dolor por debajo de los párpados porque no dejan de alojarse imágenes sin sentido, imágenes que retratan la peor cara del hombre, imágenes capaces de dibujar al ser humano en su versión más animal. Puede que tengan razón los que apuntan que no sólo sea este crimen el que navegue a estas horas delante de nuestras narices; yo no lo voy discutir; pero a mí las circunstancias me obligan, y como ya dije en otra ocasión, la desproporción mezclada con violencia es el brebaje más estéril para una cura rápida en cualquier conflicto. El pueblo palestino lleva sufriendo de esta receta durante décadas, y es necesario y hasta obligado que a estas alturas del milenio cese este absurdo, que hace de la barbarie una parte extensa en el prólogo de la triste historia del hombre.




Supongo que si escribo -o si a empujar poemas de precipicio en precipicio lo puedo llamar así- debo hacerlo de lo que sangra, – y aunque yo me obligue- no tiene por que ser así en los demás. A veces según qué día según qué imágenes mi escritura hace que vaya en auxilio del odio que derrama el ser humano y añada más odio a la propuesta; otras el auxilio debe ser la propuesta, y por eso un puntoyaparte minúsculo en este inmenso papel que es la red corre el riesgo de disiparse en un pis-pas, y tu pretensión de grito ahogarse en la afonía de los desapercibidos y solitarios anónimos.
Es muy emocionante ver como una inquietud y un desafío ayudan a correr el tupido velo, dejar al descubierto la ventana desnuda, apartar el ego, el ensimismamiento y dejar que el horizonte de las causas sea el rayo que nos caliente a todos por igual; y repito, es muy emocionante saber, que el envite vuela velozmente aunque sus alas sean frágiles útiles para este complejo vuelo entre nubes virtuales, y llegue a quienes hacen del verso y la palabra su cotidianeidad o al menos parte importante del día a día de cada uno. Algunos serán poetas, muchos otros (donde yo me acoplo) un intento de lo mismo, y otros muchos, bocas inquietas de lengua despierta.






Anoche ( a lo largo de ese mismo día ya lo había sido , y en ese preciso instante lo estaba siendo en otros lugares ) en el Bukowski Club fuimos parte de un jarabe distinto, de receta fácil y justa medida donde Abel Aparicio, José Naveiras, Marcus Versus, Marcus Restrom, Verónica Aranda, Elia Maqueda, Silvia Oviedo, Ilkih Carranza, Reyes Monje, Nacho Aldeguer, Fernando Infante, Carlos Sega, Isabel Gª. Mellado, Ricardo Bornez, Ada Menendez, Escandar Algeet, kaótica y yo mismo, y otros tantos que no pudieron estar pero que estaban en nuestro particular humo, y todos los allí presentes que fueron multitud como una noche de miércoles cualquiera en una de las Jam Session de poesía marca de la casa, acompasaban los poemas para el alivio, al lado de la siempre Jennifer, y su micro hoy envuelto en tela Palestina que intentaba arropar a todos los presentes del frío cruel de la muerte que a diario ofreció la televisión, del hielo del mando a distancia o las gélidas páginas internacionales de un periódico. Como una metáfora arropando al poema.





FOTOS by Marcus Versus

TEXTO Gsús Bonilla

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